Sospechosos sometieron a empleados y cliente con amenazas durante diez minutos
Una bodega en Nueva York fue escenario de un violento asalto protagonizado por varios hombres disfrazados de policías, quienes ingresaron al establecimiento en horas de la mañana, justo cuando abría sus puertas, sorprendiendo al personal y a un cliente.
El hecho, registrado por cámaras de seguridad, ha causado gran alarma en la comunidad inmigrante, especialmente entre los dominicanos residentes en la zona.
Los individuos vestían uniformes que imitaban los del Departamento de Policía de Nueva York. Al ingresar al local, usaron amenazas, exhibieron armas y recurrieron a maniobras físicas intimidantes para someter a quienes se encontraban dentro.
Según uno de los empleados, un inmigrante dominicano, “me dijeron que me tirara al piso, que no mirara. Ahí me di cuenta que no eran policías de verdad, porque un oficial siempre muestra su placa primero”.
Su testimonio pone en evidencia que el grupo no ofreció ningún tipo de identificación oficial al momento de actuar.
El relato indica que los asaltantes tenían los rostros cubiertos, y que uno de ellos incluso dejó caer un arma mientras amarraban al personal, situación que incrementó el miedo entre las víctimas.
Otro trabajador, identificado como Iván, compartió su experiencia al llegar al negocio: “pensé que algo malo le había pasado, nunca imaginé que se tratara de un asalto. Pero cuando me empujaron entre varios, entendí que no era nada normal”, señaló con evidente angustia.
Durante los aproximadamente diez minutos que permanecieron dentro de la bodega, los agresores buscaron una caja fuerte, sin encontrarla.
Finalmente, escaparon con un botín limitado que incluyó algunos boletos de lotería vencidos y recibos sin valor. Pese a lo reducido del robo material, el daño emocional en las víctimas ha sido considerable.
La comunidad local ha reaccionado con preocupación ante el incidente, considerándolo un hecho alarmante y peligroso. Líderes comunitarios y activistas calificaron lo sucedido como un “asalto de película” y solicitaron públicamente a la gobernadora del estado que se implemente un sistema de botones de pánico en bodegas y pequeños negocios.
Esta medida permitiría alertar de inmediato a las autoridades ante situaciones similares, reforzando la seguridad en estos espacios frecuentados por trabajadores inmigrantes.
El caso continúa bajo investigación por parte de la policía de Nueva York, mientras la comunidad exige mayor protección y respuestas ante el incremento de actos delictivos con alto impacto psicológico en zonas vulnerables.
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