Una mujer identificada como Liliana Aragón, de 27 años, falleció el pasado martes 20 de mayo en el Hospital Militar de Managua, Nicaragua, luego de luchar por su vida durante más de una semana en la unidad de cuidados intensivos.
Su deceso fue consecuencia directa de las quemaduras de tercer grado que sufrió a raíz de la explosión de un cilindro de gas butano mientras desempeñaba labores de cocina en las instalaciones del Distrito Naval del Caribe Sur, ubicadas en Bluefields.
El incidente se registró en una base de la Fuerza Naval del Caribe Sur, donde la joven trabajaba como cocinera. El hecho ocurrió mientras cumplía con sus responsabilidades laborales. Debido a la magnitud de las heridas, fue trasladada de urgencia a la capital nicaragüense, donde recibió atención especializada hasta su fallecimiento.
La víctima fue internada poco después del accidente, que se produjo días antes del 20 de mayo. Aunque los equipos médicos hicieron esfuerzos intensivos por salvarle la vida, Liliana Aragón murió el martes 20 de mayo, luego de permanecer en estado crítico durante varios días.
Liliana Aragón era una joven originaria del municipio de Bluefields, donde será sepultada. Laboraba como cocinera en el Distrito Naval del Caribe Sur. Su entorno cercano la describe como una persona dedicada a su trabajo.
Su sepelio fue programado para el miércoles 21 de mayo a las 3:00 p.m. en el cementerio de Bluefields, mientras que sus familiares realizarán una vela sin cuerpo presente la noche anterior en el sector de Caño Blanco, su comunidad natal.
Hasta la fecha, la Fuerza Naval de Nicaragua no ha emitido ningún comunicado oficial sobre las causas del incidente.
La falta de información institucional deja sin esclarecer las circunstancias que originaron la explosión del tanque de gas, lo cual impide conocer detalles clave sobre lo ocurrido y si existieron fallos en los protocolos de seguridad.
Según cifras reportadas por Radio Ya, con este caso se eleva a siete el número de personas fallecidas en Nicaragua durante el presente año por lesiones graves derivadas de quemaduras en distintos contextos, muchas de ellas vinculadas a accidentes con combustibles domésticos o industriales.
Este acontecimiento revela una creciente preocupación por la seguridad en instalaciones laborales, especialmente en instituciones públicas donde el manejo de sustancias inflamables requiere medidas rigurosas de prevención.
La ausencia de información oficial también abre cuestionamientos sobre la transparencia en las investigaciones internas dentro de cuerpos armados del Estado.




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