Padres de Roldany Calderón piden justicia y acción urgente tras más de un mes sin respuestas.
Jarabacoa, La Vega – “Uno trata de ser fuerte, pero ya no podemos más”, expresó Carolina Ureña, madre de Roldany Calderón, con voz quebrada por la angustia. Su hijo, de apenas tres años, lleva más de un mes desaparecido en Manabao.
La familia vive un calvario desde aquel día sin respuestas. Sienten que las autoridades han dejado el caso en el olvido. Claman por una búsqueda seria y continua, señalando graves fallos en la investigación oficial.
El niño fue visto por última vez en el sector Los Tablones, una zona remota con solo dos viviendas. Nadie en el lugar ha ofrecido una versión clara de lo que ocurrió esa tarde.
Durante los primeros días, las autoridades desplegaron operativos con drones, helicópteros y personal terrestre. Sin embargo, la intensidad de la búsqueda disminuyó al poco tiempo.
La atención oficial se desvió especialmente tras el colapso del techo en la discoteca Jet Set. Desde entonces, el caso Roldany ha perdido prioridad para los organismos de emergencia y seguridad.
Roberto Ureña, regidor de Jarabacoa y comunicador, ha estado al frente de la defensa del caso. Ha dado a conocer información que solo manejaba el Ministerio Público.
Según reveló, dos testigos diferentes vieron una motocicleta con un niño de tez clara. La conducía un joven de entre 25 y 30 años a más de 90 kilómetros por hora.
Uno de los testigos intentó seguir al motorista, pero no logró alcanzarlo. Aseguró que el conductor cambió de ruta al notar que lo observaban.
Ambos reportes coinciden con el horario en que desapareció Roldany, entre las 3:30 y las 5:00 de la tarde. Esto podría ser clave si se investiga correctamente.
Ureña denunció que las cámaras de seguridad no se revisaron a tiempo. Él mismo, junto al abogado de la familia, recorrió negocios para solicitar grabaciones que debieron revisar las autoridades.
Además, un testigo vio un carro gris estacionado en la zona donde pasó la moto. Aunque no captó la placa, hay más de 100 cámaras entre Jarabacoa y Manabao que podrían ayudar.
Esa información también fue entregada al Ministerio Público. Sin embargo, hasta hoy no hay ninguna persona investigada ni medida preventiva anunciada.
La familia Calderón-Ureña ha cooperado plenamente con la investigación. Han sido interrogados hasta ocho veces y entregaron sus celulares a las autoridades.
Con frustración, denuncian que otros posibles involucrados no han sido investigados. Especialmente señalan a trabajadores agrícolas extranjeros que viven en la zona.
Afirman que ninguna de estas personas ha sido interrogada, a pesar de las circunstancias y proximidad del lugar donde desapareció el niño.
Ante la falta de resultados, los familiares iniciaron una investigación privada. Contrataron peritos independientes y realizan búsquedas paralelas en el terreno.
Creen que el caso tomará otro rumbo con estos esfuerzos y planean movilizaciones con el apoyo de la comunidad para presionar a las autoridades.
Piden al presidente Luis Abinader que trate su caso con la misma prioridad que ha mostrado en casos de extranjeros desaparecidos en el país.
“Somos pobres, pero somos humanos. Queremos que alguien nos diga si nuestro hijo está bien”, dijo Carolina entre sollozos. Piden justicia y una respuesta humana.
Aunque el tiempo ha pasado, los padres conservan la esperanza. Creen que Roldany pudo haber sido llevado fuera de la comunidad y aún podría estar con vida.
La comunidad de Jarabacoa mantiene vivo el nombre de Roldany Calderón. Nadie está dispuesto a rendirse hasta obtener respuestas claras y justicia verdadera.
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