Ayer se conoció una noticia que ha conmovido profundamente a la comunidad de La Unión: Yeison Bladimir Pereira Castellón, el niño que fue atropellado el pasado 4 de junio, perdió la vida tras 20 días de lucha en el hospital Benjamín Bloom.
Yeison tenía apenas diez años. Aquella tarde, regresaba de clases en la escuela República de Honduras, donde formaba parte con orgullo de la banda de paz. Se bajaba de un autobús en la colonia La Paz cuando otro vehículo lo arrolló, dejándolo gravemente herido.
Mientras unos grababan la escena, fue uno de sus compañeros quien, con valentía, lo auxilió y lo llevó a un centro de salud. Desde allí fue trasladado en helicóptero a San Salvador, El Salvador.
En el hospital, Yeison fue sometido a múltiples cirugías, incluida la amputación de una de sus piernas. Los médicos hicieron todo lo posible por salvarle la vida, pero su pequeño cuerpo ya no resistió.
Era un niño querido por todos. Inteligente, aplicado, siempre al frente en sus clases. Sus compañeros lo extrañaban cada día desde aquel trágico momento.
El 10 de junio, padres de familia organizaron una venta de cenas para apoyar a su familia, y en su escuela, sus compañeritos llenaron su pupitre de papelitos con mensajes de esperanza. Soñaban con verlo regresar, con volver a escuchar su risa y compartir juegos en el recreo.
Esos mismos niños lloraron al enterarse de su partida. El pequeño rayo de fe se apagó, y con él también se fue la luz de Yeison
Yeison partió con sueños sin cumplir, juegos pendientes, abrazos que ya no llegaron.




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