Hoy 11 de septiembre se cumplen 24 años de los atentados contra las Torres Gemelas del World Trade Center, un hecho que marcó la historia de Estados Unidos y del mundo entero. En aquella jornada, 19 integrantes de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales y llevaron a cabo el ataque terrorista más devastador en suelo estadounidense, dejando miles de víctimas fatales.
Entre los fallecidos, la comunidad dominicana sufrió un golpe especialmente doloroso: 27 de sus ciudadanos murieron en el colapso de las torres, según cifras oficiales del concejo municipal de Nueva York. Esta cantidad posicionó a la diáspora quisqueyana como una de las más afectadas en toda América Latina.
Una huella imborrable
De las víctimas dominicanas, siete eran mujeres y veinte hombres, cuyos nombres hoy se encuentran grabados en acero en el Memorial del 11-S, como símbolo de resiliencia y memoria colectiva.
Una parte importante de ellos trabajaba en el restaurante ubicado en el último nivel de una de las torres, donde la comunidad hispana, y en particular la dominicana, tenía una fuerte presencia laboral. Allí, 14 dominicanos ejercían sus oficios con dedicación: diez como meseros, dos como cocineros y dos como asistentes de cocina.
Muchos habían emigrado con el sueño de ofrecer un mejor futuro a sus familias, divididas entre Nueva York y la República Dominicana.
Más allá de las cifras
Aunque el registro oficial establece 27 víctimas, familiares y sobrevivientes aseguran que la cifra real pudo haber sido mayor, ya que no todos los casos quedaron formalmente documentados en los listados certificados. Sin embargo, este número se ha convertido en un referente de la memoria colectiva de la diáspora dominicana.
Conmemoración en la diáspora
Cada año, la comunidad dominicana en Nueva York realiza actos de homenaje y reflexión. En la ceremonia conmemorativa de este 2025, líderes comunitarios recordaron que aquellos compatriotas forman parte inseparable de la historia de resiliencia y unidad que marcó a la ciudad tras los ataques.
El legado de los dominicanos caídos en el 11-S sigue vivo, no solo en los monumentos y ceremonias oficiales, sino también en la memoria de las familias que, 24 años después, mantienen intacta la llama del recuerdo.
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