Un trágico accidente de tránsito ocurrido en la mañana del domingo 30 de junio en la autopista Tucumán-Famaillá, a la altura del puente Santa Bárbara, Argentina, cobró la vida de tres personas e hirió a otras tres, luego de que un vehículo que circulaba en sentido contrario colisionara frontalmente contra otro automóvil ocupado por una familia que regresaba a Buenos Aires tras asistir al sepelio de un familiar.
El siniestro se produjo alrededor de las 7:30 a.m., cuando un Volkswagen Gol Trend conducido por Miguel Darío “El Turco” Pizzo (54), impactó de frente contra un Renault Logan en el que viajaban cinco personas.
El Gol circulaba en contramano y a gran velocidad, lo que generó un choque fatal sin posibilidad de maniobra.
Como consecuencia del violento impacto murieron en el acto Gladis Raquel González (48), su hijo Rafael Ignacio Aguirre (22), quien conducía el Logan, y Pizzo, el automovilista que ocasionó el siniestro.
Los otros ocupantes del Logan —Lourdes Hortensia Aguirre (15), Sebastián Urbano Balderrama (33) y Candelaria Ayelén Salvatierra (19)— sobrevivieron con distintas lesiones.
La familia retornaba de Potrero de Rodeo Grande, en el departamento Trancas, donde habían participado del funeral de Santo Reinaldo “Pepe” González, hermano de Gladis, fallecido días antes a raíz de complicaciones por diabetes.
Tras salir de Tucumán cerca de las 5:00 a.m., apenas habían recorrido dos horas cuando la tragedia los alcanzó nuevamente.
Según confirmaron fuentes judiciales, el Gol Trend era manejado por Miguel Darío Pizzo, trabajador aeronáutico oriundo de Banda del Río Salí. Allegados a la víctima afirmaron que no tenía antecedentes de consumo de alcohol.
No obstante, testigos y familiares de los fallecidos señalaron que el vehículo circulaba a alta velocidad y con maniobras peligrosas.
“Estaba decidido a no matarse solo. Los peritos dijeron que iba a 140 kilómetros por hora. Eso no es un error, es una locura”, declaró Ruth Ibiris Cata, familiar de las víctimas.
Por otro lado, una amiga de Pizzo escribió en redes sociales que probablemente sufrió una descompensación, dado que no solía consumir bebidas alcohólicas. Las autoridades investigan ambas hipótesis mediante pericias toxicológicas y mecánicas.
Los tres sobrevivientes fueron trasladados al Hospital Padilla, en San Miguel de Tucumán. Sebastián Balderrama presenta una luxación de cadera que requerirá inmovilización por al menos 15 días.
Candelaria Salvatierra, pareja de Rafael, sufrió heridas cortantes en el rostro a causa de fragmentos de vidrio. Lourdes Aguirre, la más joven del grupo, recibió lesiones leves y fue dada de alta pocas horas después.
La pareja de jóvenes, Rafael y Ayelén, viajaba en los asientos delanteros, el área más afectada por el impacto.
Vecinos y conductores habituales denunciaron que ese tramo de la autopista Tucumán-Famaillá carece de controles efectivos, señalización adecuada y puntos de fiscalización.
Domingos por la madrugada, señalaron, es común encontrar vehículos circulando a contramano o a velocidades extremas.
Un chofer que recorre la ruta con frecuencia expresó: “No es la primera vez que ocurre un accidente grave en ese sector. Los fines de semana, especialmente de madrugada, todo el mundo sabe que puede pasar cualquier cosa”.
La causa quedó bajo la órbita de la fiscalía de turno de Tucumán, que ya solicitó análisis toxicológicos al cuerpo de Pizzo y estudios técnicos de los vehículos implicados.
El objetivo es establecer con precisión si el accidente se debió a una negligencia, como el consumo de sustancias, o si se trató de una emergencia médica.
Familiares de las víctimas exigieron que se esclarezcan los hechos y se tomen medidas concretas para evitar nuevas tragedias. “No había cámaras, no había retenes. Nadie hizo nada para impedir que alguien a esa velocidad circulara en contramano”, reclamaron.
La pérdida de Gladis y Rafael representa un nuevo golpe devastador para una familia de origen humilde y trabajadora.
Gladis residía en San José, Almirante Brown, y se dedicaba a tareas domésticas para sostener a sus tres hijos. Rafael se desempeñaba en el área de mantenimiento del Hospital de Clínicas, en la Ciudad de Buenos Aires.
En el barrio, vecinos organizaron una campaña solidaria para asistir a los sobrevivientes y colaborar con los gastos funerarios. “Gladis era una mujer luchadora. Esto nos destrozó a todos”, expresó una amiga cercana.
La familia González había enfrentado el fallecimiento reciente de “Pepe”, y el viaje que debía significar un cierre al duelo se transformó en una tragedia aún más profunda.



En el foco