Barahona, República Dominicana. Un giro familiar desgarrador ha estremecido a la comunidad costera, luego de que las autoridades confirmaran el arresto de dos hermanos por su presunta implicación en el trágico desenlace de su propio padre, Víctor Jiménez Placeres, conocido como “Lan”, de 69 años.
Desde el 1 de junio, cuando “Lan” desapareció tras salir de casa de un pariente, el misterio envolvió su ausencia.
Apenas un día antes había llegado desde Estados Unidos, cargado de planes y con la ilusión de adquirir una propiedad en su tierra natal, según narraron allegados.
El cuerpo fue hallado el 20 de junio, sin signos de vida, tirado a escasos metros del Puente Coronel, tramo Barahona-Paraíso.
A su lado, una yipeta Hyundai Tucson con manchas de sangre y algunas de sus pertenencias revelaban que algo más profundo había ocurrido.
El ambiente parecía más una escena montada que un accidente.
Las investigaciones apuntan a que el señor Jiménez Placeres llevaba consigo alrededor de ocho millones de pesos destinados a una compra inmobiliaria.
Las autoridades presumen que el encuentro para cerrar esa negociación fue lo que marcó el inicio del incidente.
Lo más doloroso del caso es que uno de sus propios hijos, Víctor Manuel Jiménez, alias Alan, habría sido quien lo acompañó aquel día fatídico.
Ambos hijos, Alan Manuel y Víctor Manuel Jiménez, se encuentran bajo custodia mientras se esclarecen los detalles del hecho. La Policía Nacional investiga si el móvil fue el robo del dinero, lo que habría llevado a una acción violenta planificada.
Se sospecha que el cuerpo fue trasladado en su propio vehículo hasta las cercanías del puente para simular una escena ajena a los verdaderos motivos.
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) realiza los estudios correspondientes para confirmar la causa exacta del deceso, mientras que otros individuos permanecen detenidos por posible vinculación con el suceso.
Las autoridades continúan recogiendo pruebas, escuchando testimonios y cruzando información que permita establecer responsabilidades con total claridad.
La población barahonera, aún conmocionada, espera respuestas concretas y justicia para este hecho que ha dejado una profunda herida en el seno de una familia y en toda la provincia.
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