Santo Domingo, República Dominicana — La escena parecía habitual: luces, música y un escenario compartido por una pareja inseparable, tanto en la vida como en el escenario. Sin embargo, detrás del brillo de la orquesta se oculta una historia marcada por la perseverancia, el sufrimiento físico y un compromiso inquebrantable con su público.
Zulinka Pérez, reconocida cantante e hija del famoso merenguero Rubby Pérez, rompió el silencio que había rodeado durante semanas las miradas y comentarios sobre la constante presencia de una bota ortopédica en su esposo y compañero de orquesta, Miguel.
Con un tono de evidente agotamiento emocional y palabras claras, comunicó que Miguel fue sometido a una segunda cirugía el martes 22 de julio de 2025.
«Para quienes se preguntan por qué Miguel no se quita la bota: esta fue su segunda operación, y ocurrió el martes 22 de julio de 2025, y a pesar de eso, debemos continuar trabajando», compartió la artista en una publicación honesta, junto a una imagen de Miguel en una cama de hospital, mostrando la realidad que hay más allá de los focos.
«Con estas cuestiones no se juega», añadió la intérprete, reflejando la seriedad de la situación y el esfuerzo que conlleva permanecer activos en medio de circunstancias difíciles, incluso durante la recuperación tras una operación.
La fotografía que acompaña su mensaje fue tomada durante el proceso médico, con la fecha correspondiente, como testimonio de la dura realidad que enfrentan.
El episodio adquiere mayor relevancia al recordar que Zulinka y Miguel formaron parte del elenco artístico en la discoteca Jet Set durante el trágico evento que impactó al país por el colapso del techo del establecimiento.
Aunque ella salió sin daños, Miguel fue el único de los dos que sufrió lesiones físicas, lo que ha llevado a que se sometiera a varias intervenciones quirúrgicas y actualmente se encuentre en un proceso de rehabilitación.
A pesar del diagnóstico y de la reciente cirugía, la pareja ha optado por seguir con sus compromisos laborales, dejando en claro que su amor por la música, su sentido de responsabilidad y el respeto hacia su público son más fuertes que cualquier obstáculo físico o emocional.
A partir de ahora, la presencia de Miguel en el escenario con su bota ortopédica no solo representa un proceso de recuperación, sino también la fortaleza de aquellos que viven del arte y que, incluso en medio del sufrimiento, deciden mantenerse en pie o con ayuda médica para continuar tocando el corazón del pueblo dominicano.
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