El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos informó que la tormenta tropical Erin se intensificó este viernes, alcanzando la categoría de huracán y convirtiéndose en el primero de la temporada ciclónica en el Atlántico. El sistema avanza con vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora, con potencial de generar lluvias intensas y marejadas en las Islas de Sotavento del Norte, las Islas Vírgenes y Puerto Rico en las próximas horas.
Según el boletín más reciente, el centro del huracán se localiza a 740 kilómetros al este de las Islas de Sotavento del Norte, desplazándose hacia el oeste-noroeste a una velocidad de 30 kilómetros por hora. El patrón de trayectoria proyectado indica que el fenómeno podría pasar cerca o al norte de estas islas entre la noche del sábado y la madrugada del domingo, incrementando el riesgo de oleajes peligrosos e inundaciones costeras.
Las autoridades han emitido avisos de vigilancia de tormenta tropical para Anguila y Barbuda, San Martín y San Bartolomé, Saba y San Eustaquio, así como para Sint Maarten. Esto significa que condiciones de tormenta tropical podrían presentarse en estas áreas dentro de un plazo de 48 horas, por lo que se mantienen medidas preventivas.
El NHC ha advertido que esta temporada podría registrar una actividad superior al promedio debido a factores oceánicos y atmosféricos que favorecen el desarrollo de ciclones. En las zonas bajo vigilancia, pescadores y operadores marítimos han recibido instrucciones de restringir la navegación, mientras que aeropuertos regionales evalúan la posibilidad de ajustar su programación de vuelos.
Se prevé que en las próximas 24 horas el huracán Erin experimente un ligero aumento en su intensidad antes de aproximarse a las Antillas Menores. De acuerdo con las agencias meteorológicas, las bandas exteriores del sistema podrían ocasionar fuertes ráfagas de viento y precipitaciones de alta intensidad, por lo que se recomienda limitar la circulación en áreas costeras durante su aproximación.
Organismos de emergencia han instado a la población a asegurar sus viviendas, disponer de suministros básicos y mantenerse atenta a los comunicados oficiales. El seguimiento continuo de la evolución del fenómeno será clave para adoptar medidas oportunas.
La temporada de huracanes en el Atlántico se desarrolla entre el 1 de junio y el 30 de noviembre, con mayor frecuencia de eventos entre agosto y octubre, periodo en el que se registran históricamente los sistemas más intensos.




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